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AZUL, BLANCO Y VERDE 2025
 

Invitación Azul, blanco y verde

TEXTO CURATORIAL ESCRITO POR MARÍA DEL MAR GARCÍA JIMÉNEZ

María del Mar García Jiménez . Dra. y Profesora (AD) Departamento de Dibujo. Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla, España.

Históricamente, las manifestaciones artísticas tipificadas como ‘paisajes’ han sido producidas bajo el dictado de influencias socioculturales específicas y bien diferenciadas, encarnando a estructuras de pensamiento hondamente arraigadas a diferentes formas de racionalidad. Por poner un ejemplo, la expresión genuina del paisaje chino adopta un enfoque estético acentuadamente diferente al de la Escuela de Olot de la segunda mitad del siglo XIX. En el tiempo actual, dentro del perímetro artístico que se ocupa de la representación del mundo, la pintura expandida de Adriana Berges extracta, describe y cataloga las escenografías naturales del omnipresente entorno digital con la precisión y exactitud que deben tratarse, dando lugar a una relectura especialmente fascinante de los mismos.

 

La exposición Azul, Blanco y Verde registra un espacio plástico de afectividad que se adentra en el sendero de las nociones interdisciplinarias que suprimen los resquicios entre lo tangible y lo virtual. Con arreglo a un mapa de aprendizaje bidi-tridimensional, esta formulación particular y contextual de la fisonomía del hábitat [computarizada] se nos presenta como una pictórica visión renovada del paisaje, en evidente conexión crítica y dialéctica con los simulacros paisajísticos del pasado, del presente y de aquellos aún por imaginar. Despojada de cualquier noción racionalmente moldeada o domesticada de los paradigmas explicativos del mundo, Adriana recurre a Azul, Blanco y Verde para estimular un diálogo sobrio y profundo que conjugue la planitud y síntesis de la forma con la intuición y la inventiva. En sus propias palabras, toma como referencia a expertas teóricas en el uso deliberadamente saturado, casi primitivo, del color para trazar un paralelismo emocional con el entorno natural en virtud de su asociación con esta tríada cromática. Con ello, abre nuevos horizontes de sentido al tiempo que revela que tanto la gnosis como el mundo natural están estructuralmente constituidos.


Aquí también se pone en juego la percepción emocional del espectador. Y es que, del repertorio mediático meticulosamente seleccionado, los fondos de pantallas desencadenan en ciertos segmentos de la audiencia un proceso de reminiscencias y en otros, una posible curiosidad. Ciertamente, esta fracción de la obra evoca recuerdos almacenados que remontan a aquellos tiempos en que la democratización de la digitalización se encontraba en sus primeras etapas y los paisajes computacionales que tapizaban las pantallas de los ordenadores causaban asombro. Esta memoria, inalterada, es reinterpretada mediante una reconstrucción plástica de fragmentos visuales extraídos de la arqueología de un mundo digital. Así, la obra se sumerge de lleno en los dualismos real-virtual y presente-memoria, para alcanzar su punto álgido en la configuración formal y la intensidad cromática.


Tras sus recientes y exitosas exposiciones en Madrid, Miami y Oslo (2023-2024), la mirada simultáneamente retrospectiva y prospectiva de Adriana se apropia una vez más de las visualidades y representaciones del paisaje para profundizar aún más en sus aspectos fundamentales. En esta ocasión, Azul, Blanco y Verde añade nuevas capas de significado a la naturaleza recreada ficcionalmente por medios digitales, dando lugar a un escenario especulativo más amplio que promueva debates ineludibles sobre las diferentes realidades que habitamos.


María del Mar García-Jiménez
Coordinadora y Co-Comisaria

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